El agua es imprescindible para el organismo. Por ello, las
pérdidas que se producen por la orina, las heces, el sudor y a través de los
pulmones o de la piel, han de recuperarse mediante el agua que bebemos y
gracias a aquella contenida en bebidas y alimentos.
Es muy importante consumir una cantidad suficiente de agua
cada día para el correcto funcionamiento de los procesos de asimilación y,
sobre todo, para los de eliminación de residuos del metabolismo celular.
Necesitamos unos tres litros de agua al día como mínimo, de los que la mitad
aproximadamente los obtenemos de los alimentos y la otra mitad debemos
conseguirlos bebiendo.
Por supuesto en las
siguientes situaciones, esta cantidad debe incrementarse:
Al practicar
ejercicio físico.
Cuando la temperatura
ambiente es elevada.
Cuando tenemos
fiebre.
Cuando tenemos
diarrea.
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